En España han hecho creer a mucha gente que votar es obligatorio, o “casi obligatorio”. Han hecho creer a mucha gente eso de “si no votas no te quejes”… cuando lo cierto es que lo que da derecho a quejarse es pagar impuestos, y ser un ciudadano. Pero lo que no se ha hecho en España es permitir que la gente que no cree en ninguno de los partidos que se presentan a unas elecciones tenga representación política.
¿A quién puede votar un ciudadano que no confíe en ninguno de los partidos políticos que se presentan a unas elecciones?
¿Cómo puede tener representación política un ciudadano que no confíe en ninguno de los partidos políticos que se presentan a unas elecciones?
¿Debe tener representación política un ciudadano que no confíe en ninguno de los partidos políticos que se presentan a unas elecciones?
Estas preguntas entendemos que son básicas en una democracia, pero no tienen respuesta en la democracia española (ni, probablemente, en ninguna otra).
En Sentido Común creemos que sí, que un ciudadano que no confíe en ninguno de los partidos políticos que se presentan a unas elecciones debe y puede tener representación política.
Ahora la cuestión es:
¿CÓMO?
Entendemos que la herramienta para conseguirlo debe ser el voto en blanco.
Ahora el voto en blanco es algo esencialmente simbólico. Realmente, no vale de nada votar en blanco. Pero creemos que eso debe cambiar.
Así, entendemos que los votos en blanco deben tener representación, igual que los votos a partidos políticos. Y la representación de los votos en blanco debe ser que los votos en blanco se traduzcan a escaños (número de diputados, senadores, concejales, o lo que sea en cada caso) y esos escaños deben ser dejados vacíos.
Pero esos escaños vacíos correspondientes a los votos en blanco, simbolizan la oposición de los ciudadanos que los han votado a las políticas que se les ofrecen. Por tanto, esos escaños deben tener capacidad de decisión.
Por tanto, en toda votación, los votos de esos escaños vacíos deben ser considerados votos en contra. Esos votos en blanco estarían votando NO en cada votación.
Y esto debería ser así en todas las instituciones políticas: Congreso, Senado, ayuntamientos, diputaciones, autonomías e instituciones europeas, creemos que muchas de esas instituciones deben ser eliminadas (como explicamos en nuestros Fundamentos: http://asociacionsentidocomun.org/fundamentos/), pero mientras no se eliminen, deberían contabilizarse los votos en blanco y darles representación).
Entendemos que si el número de votos en blanco supone un alto porcentaje de escaños esto podría provocar el bloqueo de ciertas decisiones, y creemos que ese bloqueo debe ser aceptado, pues refleja la voluntad de los electores que han decidido votar en blanco sabiendo lo que ello podría conllevar.
SOBRE LA ABSTENCIÓN
Entendemos que para que la opinión de un ciudadano sea vinculante, y tenga representación en las instituciones, esa opinión debe ser expresada de forma activa. Por tanto, no es suficiente con no votar para que se pueda considerar que un ciudadano ha expresado su opinión. Hay muchos motivos por los que un ciudadano puede no votar, por lo que entendemos que los votos no emitidos, la abstención, no deben traducirse en escaños.
RESUMEN
En resumen, nuestra propuesta consiste en:
- Los votos en blanco deben tener representación en forma de escaños.
- Los escaños correspondientes a los votos en blanco deben dejarse vacíos.
- Los escaños vacíos correspondientes a los votos en blanco deben considerarse votos “en contra” en todas las votaciones.

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